Con la llegada del verano y las vacaciones, se incrementa la práctica de deportes al aire libre y, por tanto, también aumenta el número de traumatismos dentales. Si bien el ejercicio físico supone grandes beneficios para la salud, hay que tomar determinadas precauciones para evitar percances. Concretamente, la actividad deportiva puede afectar a la salud bucodental por diversas causas:
- Deshidratación: favorece la sequedad bucal (xerostomía), influyendo negativamente en la salud.
- Estrés: es un factor de riesgo para la aparición de enfermedad periodontal, erosión dental, abrasión y bruxismo (rechinamiento).
- Ingesta de azúcares y ácidos: favorecen la desmineralización de los dientes y, por tanto, la aparición de caries, erosión dental y enfermedad periodontal.
- Los traumatismos dentales: pueden ocurrir con frecuencia cuando se practican deportes de contacto y combate sin la adecuada protección.
- Cloro: en deportes acuáticos, el bajo pH del agua de las piscinas puede causar erosión dental.
Por ello, se llevar una dieta saludable, limitando las comidas y bebidas con alto contenido en azúcares. Por ejemplo, cuando comemos entre horas, una buena opción son las frutas, vegetales, queso y nueces, en lugar de otros alimentos como las galletas y barritas energéticas, que pueden producir caries.
Para mantenerse hidratado, lo más saludable es beber agua de forma regular, pero en el caso de tomar bebidas energéticas, es aconsejable contrarrestar su acidez enjuagando inmediatamente después la boca con agua y no cepillar los dientes hasta media hora después de haberlas consumido. Además, es más saludable consumir estas bebidas con una pajita reutilizable para evitar el contacto del líquido con los dientes.
Las personas que pasan mucho tiempo en piscinas con un pH del agua bajo deben enjuagarse la boca con agua del grifo después de nadar y cepillarse los dientes dos veces al día con pasta dental con flúor, pero nunca inmediatamente después de nadar.
¿Cuándo usar protectores bucales?
Muchos deportistas piensan que solo deben usar protectores bucales quienes practican deporte de forma profesional, sin embargo, se aboga por utilizarlos siempre que se realicen deportes de contacto. Algunos amateurs tienen menor control del movimiento, menor conocimiento sobre las lesiones y el riesgo de sufrir un traumatismo es mayor que en los atletas de élite.
Recuerda que los protectores estándar que se venden directamente al público no son fiables, ya que no ajustan bien y por lo general ofrecen poca protección. “Hay que optar siempre por protectores fabricados a medida por el dentista, pues son los únicos que cumplen satisfactoriamente los criterios de protección, estabilidad, retención y comodidad, además de prevenir alteraciones de la articulación temporomandibular”.
Actualmente, los deportistas que practican boxeo, taekwondo, hockey sobre hielo y rugby utilizan estos protectores. Pero también sería conveniente emplearlos en todas las artes marciales, baloncesto, voleibol, balonmano, ciclismo, fútbol, gimnasia, lucha libre, hockey sobre hierba, squash, deportes ecuestres, waterpolo y, en general, siempre que exista riesgo de recibir un golpe, independientemente de la edad del deportista.
“El protector bucal reduce considerablemente el riesgo de traumatismos (fracturas, desplazamientos, avulsiones) en los dientes anteriores, en particular, de la arcada superior (maxilar). Aísla los dientes de las mucosas, los labios, las mejillas y la lengua, evitando las heridas en los tejidos blandos y las mordeduras linguales. Además, evita el impacto de los dientes de la arcada inferior (mandibulares) contra los dientes de la arcada superior (maxilares), y reduce el riesgo de fractura mandibular, de conmoción cerebral y de lesiones cervicales”, explica el Dr. Castro.
¿Qué hacer ante un traumatismo dental?
Practicar deportes de contacto conlleva siempre la posibilidad de sufrir un traumatismo facial o dental. Las estadísticas muestran que los deportistas están sometidos a un mayor riesgo de heridas, fracturas o incluso de pérdida dentaria. De hecho, se ha demostrado que 1 de cada 3 lesiones dentales producidas en los niños ocurren durante las actividades deportivas. En el caso de que algo de esto ocurra, hay que reaccionar con rapidez:
- Fractura dentaria: hay que intentar encontrar el fragmento del diente fracturado y mantenerlo en agua o en solución salina. Se debe acudir de inmediato al dentista que, en algunos casos, podrá pegarlo de nuevo.
- Diente desplazado o con movilidad: no tocar el diente, ya que el impacto y el desplazamiento pueden haber fracturado la raíz y/o el alvéolo. Evitar enjuagarse la boca y consultar al dentista con urgencia.
- Diente expulsado o avulsión: recuperar el diente expulsado cogiéndolo por la corona, no por la raíz. Conservar el diente en leche, saliva o solución salina. Si la reimplantación se realiza 30 minutos después del accidente, el éxito puede rondar el 70%. A partir de ese momento, las probabilidades de éxito disminuyen considerablemente.
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